Tienen gracia las vueltas que da la vida.
Que Jacobo era especial nadie lo duda, pero ahora tampoco se puede dudar de que tiene una familia y unos amigos especiales.
Ayer se cumplió su sueño, y creo que fuimos muchos los que estuvimos enganchados al televisor con lágrimas en los ojos,al igual que fuimos muchos los sorprendidos cuando vimos a su padre, estoy segura de que más de 50 personas pensamos a la vez: "Me cago en la puta, es clavado, es como verlo a él dentro de unos años."
El lunes hace un año, y creo que todos nos acordaremos, incluso los que no éramos amigos de confianza, porque eso da igual, eso es algo que no se olvida.
Yo si tengo algo que agradecerle, es que nos uniera tanto, y que nos enseñara que hay gente a la que quieres aunque les veas cada tantos meses. Creo que una vez leí sobre ese tipo de amigos, se les llama amigos amarillos, y he aprendido que esos amigos son tan especiales como los que siguen estando cerca tuyo, porque a fin de cuentas aunque la relación sea casi inexistente, los recuerdos del pasado no se borran.
Y hay algo que quiero agradecerle especialmente, a él, a Jacobo, y es que gracias a él, aunque poco a poco, estoy aprendiendo a hacer lo que quiero sin miedo al NO, y estoy aprendiendo a disfrutar de cada buen momento que tengo en mi vida, porque la vida sabes cuando empieza, pero no cuando acaba, para mí las frases como: "No pasa nada, ya tendrás tiempo." ya no sirven, y no creo que eso sea algo malo, porque él me (y creo que NOS) enseñó que el tiempo es relativo, de las cosas más relativas que hay en el mundo.
Creo que todos en su día sentimos su pérdida y lo seguimos haciendo, da igual quién sea, familia, mejores amigos, conocidos... porque a fin de cuentas... el gitano se hacía querer, ¿no?
Por último quiero hacerles mi más sincera reverencia, como si fueran reyes, a Mónica y a Víctor, por no haber perdido la fuerza para cumplir lo que era el mayor sueño de su vida, lo único que quería y lo único que le faltaba. Ya es casualidad haberlo conseguido justo cuando se cumple un año... aunque bueno, ahora sólo queda calmar las cosas, supongo que tendréis mucho que hablar y que contarle, y luego habrá que seguir como siempre, como hasta ahora, con FUERZA.
Porque a fin de cuentas que más da, si vamos todos al mismo sitio, y a pesar de mi falta de fe en un Dios misericordioso y ser de capacidad y voluntad, lo que deseo es que realmente exista ese lugar donde todos, tarde o temprano, al irnos, volvamos a encontrarnos.
Yo CREO en la conexión física y mental entre dos personas, y creo también que Jacobo la tenía tanto con su madre como con su padre, y eso es algo precioso.
viernes, 3 de abril de 2009
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